La etapa preescolar se caracteriza por un considerable progreso en el desarrollo físico y emocional. Los niños ya dominan las tareas de socialización primaria: vestirse y comer solos, controlar sus lágrimas y sus estallidos de cólera, controlar sus esfínteres, por lo menos la mayor parte del tiempo. Además al iniciarse el juego con iguales, es una etapa básica para la socialización.
«Es más fácil criar niños fuertes que reparar hombres rotos». (Frederick Douglas)
La importancia de detectar ciertos tipo de anomalías es fundamental para el buen desarrollo en la infancia. La psicología infantil aborda diferentes tipos de situaciones problemáticas.
Problemas de sueño – vigilia. El niño/la niña:
Le cuesta dormir, se despierta con frecuencia, no es capaz de volver a dormirse.
Tiene pesadillas, terrores nocturnos, se despierta sobresaltado.
No quiere dormir sólo, vive con mucha intensidad tener que separarse de sus padres
Problemas de alimentación. El niño/la niña:
Se niega a comer.
Tarda muchísimo en comer.
Vomita o escupe la comida.
Come con mucha voracidad.
Problemas de comportamiento. El niño/ la niña:
Tiene rabietas, muy baja tolerancia a la frustración
Problemas para aceptar las normas y los límites.
Insulta o agrede a los adultos.
Agrede o insulta a otros niños.
Trastornos del lenguaje: retraso del lenguaje, trastornos específicos del lenguaje (T.E.L.), ausencia de habla (mutismo). El niño/la niña:
No habla de la manera esperada para su edad.
Fuera de casa no habla con nadie.
No pronuncia bien algunas palabras.
Le cuesta comprender las explicaciones.
Tiene dificultades para expresarse o se inhibe excesivamente.